Los zapatos y el concepto del pie han cambiado mucho desde hace 90 años. Se recuerda que en aquellos tiempos los zapatos era artesanales y que el zapato elegante era para los domingos para ir a la visitar a la familia. Asimismo, la figura del podólogo también ha evolucionado. La visión integral del pie hasta hace unos años no se tenía en cuenta.
 
Los pies de nuestros abuelos
 
Antaño las calles no estaban asfaltas, el trabajo era más rural y los terrenos más irregulares. Martín Rueda recuerda que de niño jugaba descalzo por la calle y trepaba por los árboles. “Los pies eran más fuertes”. Y añade que “los pies de los niños de ahora están más mimados”, solo andan en terrenos lisos, no dejamos que vayan sin zapatos para evitar que no se claven nada en el pie. “Hay un exceso de protección en los pies”, afirma el especialista. Por otra parte, explica que el pie es una parte del cuerpo dónde se manifiestan mucho las características genéticas. Aparte también hay un factor mimético, de imitación. Por ello, muchos niños andan igual que sus padres o sus abuelos.